lunes, 8 de agosto de 2011

Tomar decisiones inteligentes

Tomar decisiones inteligentes implica el analizar cuál es la alternativa más adecuada para resolver un problema. Implica poner en una balanza nuestras emociones junto con la razón, implica tomar conciencia, ser autónomo, eficaz y asumir la responsabilidad de nuestros actos. Ten en cuenta los siguientes aspectos:


·     No es conveniente tomar ningún tipo de decisión en estado emocional alterado, sino cuando estamos tranquilos, por la mayor facilidad de que nuestras ideas sean equilibradas y más conscientes.

·     Es recomendable hacer una lluvia de ideas, para no elegir a la carrera la primera que se nos vino en mente, sino antes haber revisado diversidad de alternativas, analizando en cada una de éstas los pros y los contras. Se requiere utilizar un buen nivel de creatividad para imaginar muchas posibles opciones.

·     Es importante tener en cuenta que todo cambio, a raíz de una decisión conlleva a una reacción, tanto de uno mismo como en los demás. Es necesario considerar este aspecto con naturalidad para que no nos tome por sorpresa cualquier comportamiento percibido de nuestro núcleo familiar o con quienes más interactuamos. Por lo tanto, hay que saber manejar este tipo de situaciones con seguridad y firmeza, asumiendo que para mejorar a veces toca algo que arriesgar.

·     Tomar decisiones de forma autónoma, libre de presiones externas, pues  tenemos el derecho de elegir lo que será de mayor beneficio para nuestra vida. Hay que tomar decisiones para mejorar, teniendo en cuenta que éstas de ninguna manera atropellen los derechos de los demás.

·     Antes de tomar una decisión haz un breve examen, imaginado que ya estás vivenciando aquel nuevo cambio y qué tanto tu parte emocional te lo agradece.

·     Es importante potencializar la capacidad de adaptación al cambio, aprendizaje continuo, emprender todo riesgo de forma constructiva.
 
  En conclusión, una decisión inteligente es aquella que brota de nuestra propia voluntad acompañada de la conciencia plena de todo lo que implica, basados en un mejoramiento continuo, toda vez que esto no sea perjudicial ni para sí mismo ni para los demás. Nuestra fuente de guía debe ser siempre el balance de nuestra razón con nuestra emoción.

No hay comentarios:

Publicar un comentario