viernes, 30 de septiembre de 2011

Salud física y salud emocional caminan de la mano

Somos seres integrales dotados de un conjunto de capacidades que se desarrollan interactivamente y que están en función de distintos ámbitos como lo son a grandes rasgos, el plano físico y el plano mental. Esta visión holística de de ver el ser humano como un todo, implica que el estado físico de salud, y el emocional, se influyan mutuamente, es decir que “caminen de la mano”.

En este sentido, puede decirse que cuando no manejamos adecuadamente nuestras emociones, y no canalizamos aquellas que se desbordan de forma negativa de nuestro interior: rencor, tristeza, rabia, minusvalía, entre otras (plano emocional), es nuestro cuerpo-organismo (plano físico), el recinto personal en donde éstas se aposentan, haciendo sus estragos, contaminándolo y volviéndolo más vulnerable, más insalubre e insatisfactorio, y a la inversa, cuando nuestro cuerpo se enferma (plano físico), nos podremos sentir (plano emocional) por ejemplo, angustiados, poco productivos, con pocas energías para emprender nuestras metas.

De esta manera, el estado de salud es la base (nuestro armamento) con que contamos dependiendo de qué tan equipado esté, para desempeñarnos en cualquier plano, y por ende, si contamos con un organismo nutrido adecuadamente, gozaremos de buena salud, o al menos, seremos menos propensos a enfermarnos fácil, y al contar con buena salud, podremos procesar mejor la información gracias al estado óptimo de nuestro bagaje biológico: el corazón en óptimas condiciones transportando el oxígeno a la sangre, llegando adecuadamente al celebro, millones de neuronas oxigenándose, aumentando el nivel de concentración y atención a los estímulos a través de los receptores, etc. Si procesamos mejor la información, podremos manejar el uso de nuestros pensamientos, junto con los sentimientos y comportamientos que de éstos se derivan; siendo así un proceso en cadena que se retroalimenta nuevamente para influir sobre lo que somos y sobre la manera como dirigimos nuestro destino.