viernes, 5 de agosto de 2011

La Belleza física y la belleza espiritual

La Belleza física y la belleza espiritual se contagian mutuamente, y aunque en la realidad no todas las personas que son físicamente agraciadas, son simpáticas, o a la inversa, lo cierto es que la belleza espiritual es de donde se parte para generar no necesariamente hermosura física, pero si, apariencia atractiva –lo cual es diferente-. Apariencia en este sentido se refiere a un modo integral para mostrar lo que somos en sí mismos, a través de nuestra espontaneidad y receptividad en armonía con la expresión corporal.

Cuando una persona alimenta su mente con ideas que trascienden lo material; cuando está en búsqueda de relaciones recíprocas, sinceras y profundas; cuando se respeta a sí mismo y respeta a los demás; cuando busca el placer no sólo en cuestiones superficiales, sino en su vocación y realización personal; cuando vive el presente, ama  la naturaleza; cuando encuentra el valor de las pequeñas cosas; cuando le encuentra el lado positivo a cualquier dificultad y cuando su corazón en armonía con su mente trabajan unidos por vivir plenamente, puede decirse entonces que este tipo de persona, irradia todo tipo de belleza desde el interior hacia el exterior, y en coherencia, esto se refleja a sí mismo en su cuerpo: mirada serena, sonrisa amplia, movimientos armoniosos y naturales, caminar seguro, etc.

El comportamiento asertivo y seguro de sí mismo produce un empoderamiento radiante para tomar las riendas de la propia vida y esto atrae maravillosamente a quienes están a nuestro alrededor, lo que hará aumentar su gran inclinación por tener nuestra compañía.

De la misma manera, como la persona bella de forma integral, es segura de sí misma y se interesa por estar bien, de forma saludable, buscará comer de forma balanceada y nutritiva, lo cual, con el tiempo se verá reflejado por el cuidado de su piel, cabello, y cuerpo en general. Porque ser bello espiritualmente de ninguna manera excluye la belleza física, antes por el contrario, la sabe integrar a sí mismo. La mente abierta y optimista de este tipo de persona la llevará a vestirse generalmente de forma apropiada a la ocasión, formal o informal de acuerdo a sus propios gustos, pero de forma agradable, atractiva y con seguridad en los implementos que use.

Como es alguien que además, nutre su mente con ideas positivas y que realmente le sirven, se verá a sí misma una persona bella, lo creerá, lo sentirá en consecuencia y actuará en conformidad, buscando los medios y todo aquello que la haga enaltecer, en todo su esplendor, en donde belleza física y espiritual se integran y se contagian mutuamente de forma sinérgica, de forma, mágicamente atractiva.

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